¿Qué es el factoring?

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Para las empresas que necesitan financiación, una de las formas más habituales de conseguir tesorería es la utilización del factoring, una práctica en la cual la empresa cede a una compañía de factoring una factura u otro documento de crédito, a cambio de un anticipo de parte o totalidad del importe de la factura. De esta forma se cobran antes unos productos y servicios que de otra forma tardarían más tiempo, por motivo de los plazos de pago acordados con los clientes.

¿Quién presta este servicio?

La mayoría de las veces el factoring es un servicio más dentro de la oferta de los bancos, cajas de ahorro y otras empresas financieras. Sin embargo, también existen compañías especializadas únicamente en esta prestación.

Cesión del riesgo

Dentro de las múltiples condiciones de un contrato de factoring está la cuestión de saber a quien corresponde el riesgo final de impagado por parte del cliente a quien se emitió la factura. Por lo general, esta contingencia sigue siendo responsabilidad de la empresa emisora, y el banco se limita a adelantar el dinero. En caso de cesión de riesgo, el coste del factoring aumenta, ya que la empresa que adquiere las facturas tiene que deducir la probabilidad de un impago.

Coste del servicio

Se conviene habitualmente que el factoring es una posibilidad de financiación relativamente cara, como suele ocurrir con las soluciones a corto plazo. El banco o la entidad financiera se cobra deduciendo del importe adelantado su comisión, el tipo de interés, y los eventuales gastos previstos.

Casos más habituales

Para poder optar por el factoring, hace falta disponer de una cartera de clientes muy solventes, que normalmente son grandes compañías. Por otro lado, es precisamente cuando una PYME trabaja con una empresa grande cuando se encuentra en la necesidad de usar este recurso, ya que las grandes compañías (y especialmente las multinacionales) suelen imponer plazos de pago muy dilatados (a pesar de que la normativa europea este intentando modificar esas prácticas).

Para el banco que ofrece el servicio de factoring existe un doble riesgo: influye tanto la situación financiera de los clientes de la empresa (por eso se usa más bien con clientes muy solventes) como la situación financiera de la misma empresa. Las líneas de factoring no son infinitas, y más allá de cierto umbral, las financieras se niegan a adelantar más dinero.

Recomendaciones

Al ser posible, es preferible buscar alternativas al factoring como una reducción de los plazos de pago (a cambio de un mayor descuento, por ejemplo), o la búsqueda de recursos de financiación a largo plazo.

También es fundamental tener claro en el momento de la negociación comercial con el cliente el coste financiero del factoring. En algunas actividades en las cuales los márgenes sobre ventas son muy reducidos, puede que el factoring no sea una solución asumible.

 

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