La venta a crédito es hoy en día inevitable
En un mundo ideal, todas las empresas venderían al contado y la responsabilidad de financiar la actividad se repartiría entre bancos y accionistas. Pero la realidad no es así, y las prácticas comerciales suelen incluir la venta a crédito, al menos en las transacciones entre empresas. La consecuencia es que las sociedades no financieras se ven obligadas a tener una actividad de crédito, cuando no suelen tener los recursos ni la formación para lidiar con los riesgos asociados.
Posibles soluciones
Autoseguro
En este caso (quizás el más frecuente), la empresa vendedora asume el riesgo de impagado de sus clientes. Para evitar malas sorpresas, suele acudir a informes de solvencia (hay diversos actores que proporcionan información basada en los estados financieros depositados por la sociedades). Basándose en la información financiera, se decide acordar un crédito o no, con un límite. Algunas compañías establecen provisiones para cubrir el riesgo, y otras no.
Compañías de seguro
En este caso, la empresa contrata un seguro con una sociedad financiera especializada en la cobertura de transacciones comerciales. Hay muchas modalidades, desde coberturas generales hasta coberturas cliente por cliente. En este último caso, la compañía de seguro establece un límite de crédito para la empresa compradora, y unas condiciones específicas para determinar que es un impagado y que cantidad se indemnizará en este caso.
Créditos documentarios
Para operaciones de exportación a países lejanos, lo más habitual es usar un servicio llamado el crédito documentario. En la práctica, se trata de un sistema puesto en marcha con la colaboración de los bancos, y donde el pago se garantiza siempre que se presente la documentación estipulada en el acuerdo. Son documentos bastante técnicos, y es recomendable acudir a especialistas (normalmente en los bancos) para no cometer errores.
Venta de facturas a cobrar
Hace unas semanas hablamos del factoring. En algunos casos, estos acuerdos permiten la venta de las facturas a cobrar, con la transmisión del riesgo de impagado a la entidad compradora. En este caso, la compañía que vende a crédito se libera de posibles incidencias. Sin embargo, esa modalidad es muy cara y no suele salir a cuenta.
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