Plan de empresa para un estudio de tatuajes

plan de empresa estudio tatuajesEn las últimas décadas, la afición por los tatuajes ha cogido mucho protagonismo. Si alguno pensaba que iba a ser una moda pasajera, la realidad ha demostrado que la tendencia se ha consolidado. Entre los adultos más jóvenes, la proporción de personas que lleva tinta en la piel es elevada. Por eso, hoy estudiaremos el plan de empresa para un estudio de tatuajes, respondiendo a algunas de las preguntas más habituales que los emprendedores del sector se suelen hacer.

¿Cuántas personas tienen un tatuaje en España?

Antes de plantearse elaborar un plan de empresa para un estudio de tatuajes, tiene lógica pararse un momento en el mercado potencial, y ver cuántas personas en nuestro país llevan al menos un tatuaje. Existe un informe de 2018, elaborado por la empresa alemana Dalia Research (desde entonces integrada en la compañía Pure Spectrum). Según ese estudio, realizado en 18 países, un 38% de los encuestados llevaban tinta, y en España la proporción subía al 42%. Hay otras fuentes que dicen que el porcentaje es menor, entre 15 y 20%, pero que entre los jóvenes de 16 a 35 años sube al 40%.

Algunos datos adicionales  del informe de Dalia eran que la mayoría de las personas tenía más de un tatuaje, y también una mayoría no estaba contenta con al menos uno de sus grabados en la piel.

Esos datos son interesantes, porque no solo muestran el enorme interés por la tinta, sino que los clientes potenciales de un estudio de tatuajes repiten, y que, como algunos no están satisfechos, tienen buenas probabilidades de querer un nuevo tatuaje para tapar uno antiguo que no les gusta.

Análisis de mercado para el plan de empresa de un estudio de tatuajes

¿Cuántos estudios de tatuajes hay en España? Según fuentes de la Unión Nacional de Tatuadores y Anilladores Profesionales (UNTAP), había en 2021 alrededor de unos 3.000 estudios de tatuajes en España. Es probable que la cifra actual sea más cercana a los 3.500. No existe un dato estimado de la facturación media de esas empresas, pero posiblemente el sector facture entre 120 y 240 millones de euros al año, quizás más. De momento no existe una categoría diferenciada para el seguimiento del INE, que incluye el dato dentro de los tratamientos de estética personal. Un apartado que representó un gasto total de 1.272 millones de euros en 2022.

La evolución de mercado es de momento muy favorable en España, si nos basamos en datos de números de estudios en actividad. La Comunidad de Madrid registraba 55 establecimientos de este tipo en 2006, y en 2023 esa cifra había subido a 760.

También merece la pena echar un vistazo a Estados Unidos, ya que las tendencias en ese país suelen anticipar lo que ocurre en Europa. Allí, el estudio de Dalia Research indicaba que un 46% de los encuestados llevaban al menos un tatuaje, y la consultora IbisWorld estima el mercado en unos 26.000 estudios para una facturación de unos 2.000 millones de dólares y un total de 38.000 personas trabajando.

El emprendedor tatuador

Hay que entender que el éxito de un estudio de tatuajes está íntimamente vinculado al talento de los tatuadores. Es una disciplina altamente artística, y los clientes quieren tener la seguridad de que el resultado será conforme a sus expectativas. Es especialmente importante por las características de los tatuajes, que son permanentes.

Por ese motivo, la creación de un estudio requiere una persona que haya demostrado su saber hacer y su creatividad. El tatuador principal suele ser también el emprendedor. Como se trata de un negocio que funciona muy bien por recomendación, un artista con talento puede atraer a clientes de toda la región, incluso de todo el país y hasta desde fuera de nuestras fronteras, aunque es algo reservado a unos pocos elegidos.

Planteamiento del negocio

Normalmente, un estudio de tatuajes se dedica a tres tipos de servicios.

  1. Los nuevos tatuajes, que son aquellos que representan la mayor parte de la actividad del salón. Generalmente, cada tatuador tiene un estilo y una personalidad propia, así que se especializa en un tipo de obras. Por ejemplo, está muy de moda el hiperrealismo. Pero hay muchas opciones. El cliente puede venir con una idea ya clara y un diseño elegido, o puede confiar en las sugerencias del tatuador.
  2. Repasar tatuajes antiguos. Con el tiempo, los tatuajes van perdiendo un poco sus colores, especialmente si las personas no les cuidan bien. También puede suceder por fenómenos fisiológicos. Por eso, ocasionalmente hace falta repasarlos, aunque estamos hablando de muchos años de por medio. Sin embargo, con la cantidad de personas que tienen un tatuaje, esa actividad de “mantenimiento” puede representar una facturación interesante.
  3. Cubrir tatuajes antiguos. Bien porque el tiempo ha deteriorado demasiado el grabado anterior, o porque ya no le gusta al cliente, es posible cubrir un tatuaje con uno nuevo. Como ya comentamos antes, según el estudio de Dalia, la mitad de las personas no estaban contentas con alguno de sus tatuajes. Eso también representa un mercado interesante.

¿Y el mercado de eliminación de los tatuajes?

Con tantas personas descontentas con algunos de los tatuajes, existe también una demanda para retirar la tinta. Sin embargo, y aunque la tecnología ha evolucionado mucho, no siempre se pueden garantizar buenos resultados. Para un tatuaje pequeño que usa solo tinta negra, se puede conseguir eliminarlo por completo y que no quede una lesión muy visible. Pero para zonas grandes, muy cargadas de tinta, o que usan pigmentos de colores, la eliminación puede dejar rastro.

Segmentación de clientes

Aunque la edad media de las personas que se tatúan ha ido creciendo en los últimos años, un simple paseo por la playa permite darse cuenta de que hay una brecha notable entre adultos jóvenes y personas más mayores en lo que a los tatuajes se refiere.

Pero, a parte del criterio de la edad, se puede observar como personas de todos orígenes, niveles de educación y estatuto social llevan orgullosamente la tinta. Tampoco hay diferencias aparentes entre géneros, salvo quizás por el tipo de motivos elegidos.

Teniendo en cuenta que, a población más joven, más proporción de personas que llevan un tatuaje, se puede estimar que el mercado seguirá creciendo en el futuro, salvo que la generación siguiente lo vea como algo de mayores, cosa que no ha ocurrido en las últimas dos décadas.

Análisis de competencia en el plan de empresa de un estudio de tatuajes

Como para cualquier negocio, es importante conocer los otros salones de la zona, para poder captar mejor los clientes gracias a la diferenciación.

Como ya comentamos, el principal elemento diferenciador es la reputación del tatuador. Un tatuaje es teóricamente para siempre, y muchos clientes irán a un lugar recomendado.

Pero, también hay quienes se atreven a probar sitios nuevos. Allí, para diferenciarse de la competencia tendrá mucha importancia la primera impresión, especialmente el aspecto del local y la sensación de seguridad e higiene.

Antes de montar tu propio estudio, es recomendable comprobar qué otros salones hay en tu zona, porque, en algunas partes, puede que exista ya un exceso de oferta.

Tampoco hay que menospreciar la competencia de tatuadores independientes que operan a domicilio, a veces sin muchas garantías sanitarias.

Requisitos particulares para abrir un salón de tatuajes

Para abrir un local dedicado al tatuaje, no existen muchos más requisitos que para cualquier otro negocio. Para otorgar la licencia, las CCAA exigen obtener un título higiénico sanitario, que generalmente se consigue tras un curso de unas 25 a 40 horas. También hay requisitos sobre las instalaciones, como disponer de una sala de esterilización con autoclave (la máquina para esterilizar). Asimismo, se suele pedir que haya lavamanos en todas las cabinas, y que la recepción esté separada de la zona de tatuajes. Aunque, esos criterios pueden variar según los ayuntamientos. Por ejemplo, si solo se trabaja con material desechable, los requisitos pueden ser bastante más livianos.

Estimación de la inversión para un estudio de tatuajes

¿Cuánto cuesta abrir un estudio? Los requisitos de inversión son muy similares a los de una pequeña peluquería. Además de la fianza y de los trabajos de adecuación del local, tendrás que comprar algo de mobiliario, como una silla especial, y unas máquinas de tatuaje, que no son muy caras, además de tener algo para la zona de recepción y, por supuesto, un ordenador.

Dependiendo de cuanto te vayas a gastar en el local, la inversión inicial puede ir de unos 5.000€, suponiendo que no tengas que hacer casi obras, hasta unos 30.000€ si te gastas más en la adecuación, la decoración, y optas por materiales más caros. Para este ejemplo cogeremos 10.000 euros como referencia.

¿Cuánto factura un salón de tatuajes?

No existen datos estadísticos, Pero en España, no parece absurdo estimar que un salón pequeño pueda facturar unos 40.000 euros anuales.

Pero, todo depende del reconocimiento del artista. Un tatuaje pequeño puede costar 50 euros, y uno grande algunos cientos de euros. Pero, si el tatuador es famoso y tiene lista de espera, el precio se multiplica. Sin embargo, estamos hablando de un caso medio, así que seguiremos con la estimación conservadora.

Resultados del estudio de tatuajes en el plan de empresa

Ya dijimos que se podía estimar unos 40.000 euros de facturación anual.

El alquiler de un local pequeño, con sus gastos asociados de luz y agua, puede representar unos 12.000 euros al año.

A eso sumaremos gastos varios, como telecomunicaciones, gestoría, seguros, pequeño material, y otros, por 3.000 euros. Y unas amortizaciones por 1.000 euros.

La cotización de autónomos son otros 4.000 euros.

Eso daría un beneficio anual de 20.000 euros, a los que habría que quitar el IRPF (aproximadamente 3.100 euros).

 

Por supuesto, se trata de una estimación simplificada. Para valorar la rentabilidad potencial de un salón de tatuaje, sería necesario elaborar el plan de empresa.

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